Cristóbal me enseña la que es mi habitación por los próximos 7 días, empiezo a desempacar la maleta y a organizar la ropa que creo voy a necesitar aquí, lastimosamente entre todo lo que me ayudo a empacar mi querida amiga Dan veo que metió finalmente un par, que digo un par, casi una docena de lencería negra, blanca, vino, verde y azul, justo cuando estoy levantando las prendas y moviendo mi cabeza en reproche, Cristóbal abre la puerta de par en par y yo quedo con mis manos elevadas y las ropa interior en mis manos. Pasa saliva fuerte, agacha la cabeza, la levanta mirándome fijo, sonríe mientras arruga sus cejas, y yo no puedo evitarlo, me aprovecho de la situación. Empiezo a extender conjunto por conjunto en el impecable tapete color crema, el body color Vinotinto, los cacheteros de enca