Luego del bochornoso momento en que Cristóbal por segunda vez me ve ligera de ropa, decido bajar a la primera planta de la casa del señor Durmond mientras que Cristóbal se esté bañando y vistiendo. El frío de Londres empieza a afectarme y doy gracias al cielo que el señor nos ha preparado Té. -¿Así que eres la asistente de mi amigo? -Si, desde hace poco más de dos años -Eso es mucho tiempo para una asistente, quiero decir Cristóbal nunca ha mantenido tanto tiempo una asistente. -Todos dicen eso, pero no lo entiendo. Es un trabajo particular pero fácil. -Querida, por que el problema nunca ha sido el trabajo, siempre ha sido mi amigo, es demasiado terco y difícil y por lo que veo por fin ha encontrado la horma de sus zapatos. Mi silencio es absoluto, en realidad no sé qué decir, Cr