Qué curioso, porque, por mi parte, recuerdo que tenemos un tema pendiente, o para ser más especifico, una respuesta pendiente —siguió con tono bajo y desafiante. Rubí se envaró al oír la referencia a la indecente pregunta que le había hecho en la mascarada y que ella no había dejado de rememorar. —Bueno, parece que después de todo tu apariencia sí coincide con tu esencia y no responderás, ocultarás lo que piensas, como camuflas tu cuerpo —aseveró él tras una pausa incómoda. Ella contuvo el aliento ante tal provocación y giró para enfrentarle; un error, porque el rostro del caballero quedó prácticamente rozando el suyo. Él elevó una ceja inquisidoramente, y ella se atragantó con sus palabras y sus nervios. —Se equivoca usted, no escondo nada, y no hay nada que responder — soltó atropella