Después de esa introducción un tanto sorpresiva para Rubí y su desbocado corazón, era un sentimiento nuevo que se estaba anidando . Ella decidió simplemente ignorarlo, Rubí no quería tener un acercamiento más de lo necesario con un noble , por lo que se comportó distante y lo más respetuosa posible. El caballero se retiró cuando otro hombre hizo presencia, Rubí sintió un poco de alivio, al no tener tan cerca a ese hombre que la perturbaba. La esperada presencia no se hizo esperar por fin conocería a la princesa, hermana del joven de ojos verdes y penetrantes que estaban aletargando sus sentidos En eso una joven doncella se acercó. Era la princesa Valery Delacroix. Cuando la presentaron Rubí no pudo evitar examinar su apariencia, sin hallar nada que salvase su feo aspecto; era de esta