La fiesta de los marqueses de Risen estaba a rebosar de gente cuando llegaron Ruby y Valery. Su padre, el Rey, no acompañó a la princesa esa noche, ya que tenía un compromiso ineludible. Melissa era la madrasta de la princesa era una mujer de treinta y cinco años, de complexión redonda y esbelta, pelo rubio y hermosos ojos color miel. Tenía una apariencia amable, pero su carácter era todo menos amable; al contrario, mostraba un temperamento quisquilloso, histérico y exagerado. A pesar de ello, no era mala con ella y no la molestaba en absoluto, ni intentaba interferir en su vida ni imponer sus deseos u opiniones. Además, la mujer cumplía dos condiciones esenciales: en primer lugar, el rey parecía muy feliz a su lado y, en segundo lugar, nunca intentó ocupar el lugar de su madre y res