El barón y la baronesa, aislados en una cámara secreta, insonora como se hallaban, no se dieron cuenta de lo que sucedía fuera de esas cuatro paredes que le rodeaban, y así no hubiesen estado insonorizadas las paredes, cada uno estaba tan absorto en sus propios pensamientos, los de ella en el odio y el desprecio hacia su esposo y los de él dedicados exclusivamente en encontrar la manera de maximizar su propio placer. Como dijimos, nadie hizo nada por ayudar a Sofía y su único salvador yacía tirado con un puñal arrancándole la vida. La única persona que no perdía detalle tratando de encontrar el momento adecuado para actuar era la doncella de la baronesa Mortimer, había aceptado el destino de Emiliano, más no podía concebir que la mujer que le robo la oportunidad de tenerlo siguiese con vi