Mia duerme plácidamente cuando una tenue luz y un timbre constante la despiertan, medio somnolienta tantea la mesa de noche que tiene junto a la cama para tomar su teléfono, observa la pantalla y un flechazo atraviesa su pecho. Se trata de su hermana, Miranda, quien le ha enviado varios mensajes, la misma Miranda con la que tiene cierta enemistad, la misma que le ha declarado la guerra, la misma que no la ha llamado o escrito en tres meses. Debe tratarse de algo sumamente importante, una emergencia quizás, puede tratarse de algún familiar, ¿Por qué otra razón podría escribirle Miranda a estas horas de la noche?. Mia comienza a ver la imagen de cada uno de los rostros de sus familiares en su mente, mientras tiene el corazón en la garganta. Con las manos temblorosas, desbloquea el teléfono