Los altos y tupidos árboles la rodean, aunque el sol no se ha ocultado, ya hace frío, de hecho la neblina comienza a moverse entre sus pies. Mia observa a su alrededor, temblorosa mientras corre entre los árboles, ya sabe que está en un sueño, con el paso del tiempo se ha acostumbrado a diferenciarlos de la realidad, sin embargo, todavía no puede evitar sentir emociones fuertes, aunque sepa que se trate de un sueño. ¿A quién se le ocurre estar en medio de un bosque, cuando ya está anocheciendo, con un vestido de telas finas, zapatillas con medias finas, sin abrigo y con este frío? Aparentemente a ella. Sigue corriendo, sabe lo que busca, pero el sol parece ocultarse más rápido, pronto no podrá ver por dónde camina y ya de por sí es muy difícil moverse con ese calzado tan incómodo. Se esc