— ¿Qué llevas puesto? —siseó Una, sus ojos con delineador de kohl enmarcados por pestañas postizas se estrecharon en dos rendijas. Estaba enojada.
—Ropa que escogí para mí misma —replicó Janet, frotando inconscientemente las manchas rojas en su brazo causadas por los dedos de Una.
—Eres una niña tonta —escupió Una enojada—. Te ves absolutamente ridícula. Deberías haber usado uno de los muchos vestidos que consideré apropiados para ti. Esto es completamente absurdo. Sally sabe que no deberías llevar ropa tan horrenda. ¡Estás usando pantalones para una cena importante! —susurró Una furiosamente. Su lápiz labial rojo ya había manchado la parte frontal de sus dientes perlados.
—Mira, no estoy usando nada inapropiado. Este es un conjunto perfectamente decente —respondió Janet firmemente.
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