Capitulo III "Fantasmas de tela"

1284 Words
¿Alguna vez han pensado en el s******o? Lo sé, sueno como una drama queen pero estoy bastante cansado, además siento que la mayoría de los adolescentes alguna vez hemos pensado en eso (ya saben, la palabra con S) ni se imaginan mi historial de búsquedas en Google: “Como quitarse la vida sin dolor” “Cómo recuperar la vida si me arrepiento del s******o” “¿hay WiFi en el infierno?” la muerte es misteriosa y un poco aterradora, conozco a muchas personas que dicen que no le temen, que es algo natural o que simplemente no le toman importancia, pero yo en particular siempre le he tenido cierto respeto y miedo, desearía ser como esa gente valiente que parece blindada de todo en el mundo, aunque quizás este pensamiento es el que me ha mantenido con vida, además que doloroso debe ser. Lo admito desde hace muchos años me corto, he cortado mis brazos, mis muslos, mi abdomen y mi rostro, tengo que lidiar con los constantes comentarios sobre eso, dicen que soy un inmaduro, un ridículo o que estoy loco ¿Me duelen sus críticas? La verdad sí, en parte porque siento que es verdad, no logro nada autolesionándome pero de alguna manera siento que tener que soportar el dolor físico me ayuda a olvidar por un momento todos mis problemas. Decidí irme con mi tía unos días, las cosas en casa están muy tensas y siento que enloquezco, mamá le contó todo a su hermana, me sentí bastante avergonzado hablando del tema con ella, sin embargo supo comprenderlo, ahora mi vida se basaba cuatro paredes, internet y hablar con mi tía de a momentos -pero ¿usted está seguro de que es gay? - decía mi tía mientras cosía -¡Ay, mamá! ¿no recuerda que de niño agarraba las telas y se las ponía como vestido? - intervino mi prima rápidamente -¿Yo qué? - cuestioné confundido, no recordaba nada de eso -Si - afirmó mi tía repentinamente mientras chasqueaba los dedos - usted de niño hacía vestidos aquí -Ese no es el punto igual, el punto es que estoy seguro de mi sexualidad - confesé para zanjar el tema que me incomodaba bastante una noche me llamó a lo que ella denomina “El cuarto de costura” estaba escuchando Audio libros, me pidió que por favor prestara atención, me gustaba leer, lo hacía con frecuencia, en cambio los audio libros siempre me causaron estrés, soy del tipo de persona que lee la misma línea hasta diez veces porque me gusta comprender todo a la perfección y no podía estar devolviendo a cada rato la voz del tipo para repasar fragmentos. Solo le hice caso y ya, en medio de tanta cháchara el tipo decía que de vez en cuando era bueno que los padres hicieran cartas para sus hijos, en ellas tenían la posibilidad de expresarles todo aquello que de alguna manera les inquieta, creen que necesita atención o que simplemente quieran expresarle. Salí del cuarto sin dar explicaciones, para la hora de la cena ya tenía lista la carta que pretendía darle a mamá cuando regresara a casa, le dije a mi tía que gracias a su Audio libro tuve la idea de hacer las cosas de manera inversa y en vez de esperar una carta de mi progenitora, iba yo a dar el primer paso. Procedo a dejarles la carta acá abajo. “Sé que los últimos días han sido difíciles, sin embargo tuve la idea de escribir esto, quizás no haga gran diferencia pero es un primer paso hacia lo que espero sea la reconciliación. Eres mi mamá, me has enseñado que solo hay una para cada persona y afortunadamente tú eres la mía, sé que no soy la persona que esperabas que fuera, también sé que estar en tu posición debe ser complicado, pero no puedo simplemente deshacer lo que soy porque tú o el mundo tenga algo en contra de mí única y exclusivamente por mi preferencia s****l, mi tía me ha explicado tus temores, no quieres que la gente me rechace, que lleguen a golpearme o a herirme, pero sin darte cuenta tú me has causado la mayor de las heridas, porque no me interesa lo que diga la gente, he tenido que soportar sus críticas desde que era un niño y comenzaron a salir a la luz esos rasgos de mi personalidad que me hacen un poco afeminado, no obstante siempre he tenido en gran estima tu opinión sobre mí y me duele pensar que es un error, porque eres tú quien me rechaza, no el mundo, eres tú quien me ha golpeado, no la gente, eres tú quien me ha ignorado en los últimos días, no las personas. Mamá… fui violado, apenas tenía siete años, sucedió hasta que tuve catorce y aprendí a defenderme, no siempre se puede confiar en la gente a la que llamamos familia, eso no tiene nada que ver con mi orientación s****l, creo que soy así desde que nací y eso es algo que no puedo cambiar, pero he decidido que seré sincero contigo, que conozcas más allá de lo que tú crees que es tu hijo, amo cantar, bailar, actuar, también adoro leer, me gusta ver anime, en ocasiones me maquillo, he pensado en el s******o. Soy la misma persona que era hace unos días, unos meses e incluso unos años, sigo siendo tu hijo. Mamá, soy gay… y te amo” Mamá lloraba en el mueble junto a mí con la carta en la mano, cuando se la leí a mi tía ella hacía la cena, lloraba mientras preparaba los huevos revueltos, con suerte eso ayudó a que quedaran salados, nunca confíen en la gente que no le hecha sal a la comida, esa gente algo debe tener mal. Mamá me abrazó, sentí como si el alma volviera a mí cuerpo y el historial de mi computadora ya no tuviese sentido, a veces subestimamos la capacidad que tienen nuestros padres para hacernos sentir bien y de igual manera ellos parecen hacerlo con la importancia que le damos a sus actos. -¿Qué hago con esto? ¿la quemo? - propuso mamá con la nariz roja de tanto llorar - no porque me moleste, hijo. Es para que no vaya a agarrarla más nadie -No te preocupes, mamá. Entiendo - si la entendía, yo tampoco quería que mis secretos quedaran allí a disposición del público Obviamente ella se encargó de destruir la carta, quería que saliera del clóset lentamente, al menos había sacado la pierna, eso ya era algo y me conformaba por ahora. Con eso del s******o pues… ahora que había salido del clóset oficialmente si me iba a convertir en un fantasma era en uno de tela, porque luego de tantos años ese clóset tenía más ropa escondida que vida y me tocó salir oculto en ella por los momentos. Ya tenía dos semanas con mi novio y habíamos terminado unas cinco veces, siempre hay reconciliación al menos, de hecho ya ni recuerdo porqué peleamos, quizás por todo y por nada, en serio deberían venir con un manual porque ya me estoy agotando de buscar soluciones caseras, se suponía que luego de que saliera del clóset le contaría a alguno de sus amigos sobre mi existencia, sinceramente no me importaba eso, pero cada vez que me decía que no me veía lo suficientemente bien como para presentarme ante sus allegados ¡Ouch! Eso sí era un puñal directo al pecho, a mamá no le agradaba nada, decía que era muy gay para mí, la verdad sí le doy un poco la razón.
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