Luciana inclinó su cabeza, volvió a sollozar. —En parte sí, no te lo voy a negar, no soy ese tipo de mujer. —Alzó sus párpados lo miró a los ojos—, pero tengo otros motivos, has estado conmigo desde siempre, me has ayudado con el cuidado de mis hijos desde que nacieron, tengo tanto que agradecerte, que quiero intentarlo, decidí dejar mi pasado atrás. —Por agradecimiento Lu —contestó él con decepción en el tono de su voz—, sabes que no soy ese tipo de hombre, jamás te presionaría a estar a mi lado por todo lo que hemos pasado juntos, no quiero que seas mi pareja, ni por despecho, ni lástima, ni agradecimiento, sino porque estés convencida de que me vas a llegar a amar, aunque sea un poco de lo que yo te amo. Luciana pasó la saliva con dificultad, el corazón se le apretujó en el pecho.