Axel se movió con gracia felina hacia su forma, acechando como lo hace el depredador. El lobo, el cazador definitivo. Honestamente, ¿había esperado algo menos de él? ¿No le había mostrado su personaje lo intenso que podía llegar a ser? Celia intentó levantarse del auto pero algo dentro de ella no se lo permitía. Fue difícil para la joven admitir, sobre todo para sí misma, que era adicta a él y sus formas y cómo dos semanas sin verlo, sintiéndolo, se habían sentido más como una eternidad. Había una parte retorcida dentro de ella que quería atraer al monstruo fuera de su cueva y hacerlo jugar. Ella sabía que él había estado ocultando una parte más oscura de su vista, pero quería verla, quería ver cada parte retorcida de él. No había nada que deseara más que sentir su cuerpo musculoso co