Punto de vista de Axel Estaba debajo de un sedán azul cielo tratando de disolver el óxido que había atrapado el vehículo. Era bastante difícil ver que el intruso era mayor que Axel, pero era genial en lo que hacía. Un talento. Siempre lo había sido. Lorenzo lo llevaría con él al trabajo y él se fascinaba cada vez más con la ingeniería mecánica a medida que pasaba el tiempo. Cuando tenía diez años, sabía cómo solucionar la mayoría de los problemas diarios que enfrentaban los autos solo observando a su padre. Lorenzo sabía que tenía que enseñarle al chico todo lo que sabía, una parte de él sabía que tenía que formar algo inquebrantable entre ellos para cuando las cosas se pusieran demasiado mal. —¿Puedo quedarme con ella?— Mick preguntó en broma, apareciendo de la nada. —No hay ningun ti