Oliver Jamás en mi vida había estado tan seguro de algo como lo estaba ahora. Pasé meses sufriendo por una mujer que había muerto, como si la conociera de toda la vida, mi pene dejó de funcionar por un largo tiempo, tan inmerso en el luto como yo. Pero al verla de nuevo, saber que no era una ilusión de mi maquiavélico cerebro, eso solo me hacía confirmar una cosa. Me enamoré de esta mujer en una noche. Creí… Yo, Oliver Brown, creí que solo era una conquista más de una noche, una de tantas, de tantas que pasaban por mi cama y al saber que era virgen algo me detuvo, jamás había estado con una mujer virgen, nunca había sido la primera vez de nadie. Y lo fui de ella. ¿Eso implicaba enamorarme? ¡No! No iba en lo que yo pretendía esa noche, pero pasó, desapareció en un pestañeo y aho