“Si asi es siendo amigos no me quiero imaginar de enemigos” pensó ella con el ceño fruncido, compadecía a la mujer que era la “causante” de aquello sin embargo ambos hombres estaban pasados de la medida —No es lo que crees que es… —Damian fue interrumpido repentinamente —Su comportamiento ha sido digno de un gran imbécil —Soltó ella Tan pronto como la palabras salieron de sus labios la realidad la golpeo de lleno, fue como sentir una bofetada y parpadeo hacia ambos hombres en cuestión, Damian parecía divertido pero la expresión estoica en el rostro de su jefe, el dueño del Manhattan wolf solo podía describirse como autentico enojo Aunque no sabría decir, ya que el hombre era serio por naturaleza sin embargo no le cavia duda de que sus palabras habría tenido un efecto en él Al instante