Tal como era de suponerlo Altair no le obedeció, no lo siguió hacia la cocina; en lugar de ello, caminó en dirección contraria, se fue hacia la puerta principal con la intención de salir, sin embargo, si bien logró llegar al porche, afuera se encontró con dos de los hombres que custodian la entrada de la casa de Eiron, uno de ellos la abordó. —Buenas noches, señorita, ¿será que puedo ayudarle en algo? —le preguntó un hombre de piel bastante oscura que le doblaba a ella en tamaño y en estatura, se veía intimidante, y como no es de las que se amilana con la apariencia de las personas, simplemente decidió mirarlo con atención antes de responderle. —Sí, claro que me puedes ayudar, ¿será que me puedes indicar dónde me queda la calle principal? Necesito ver dónde puedo tomar un taxi o solic