En el transcurso de ese día Altair se dedicó a descansar un par de horas hasta que recibió la llamada de Leslie, quien de inmediato ella le envió su ubicación se apersonó en el nuevo departamento. —¿Dónde carrizo te metiste la noche de ayer? —le inquirió en un tono de reproche. La chica no le respondió en seguida, torció el labio y se quedó observándola pensativa. —Nada, me aburrí y decidí irme. No quiso darle más detalles, le fastidia tener que responder lo que no desea, así que limitó su comunicación en ese sentido. —Ven, tomemos asiento —le dijo a Leslie. —Agradable este espacio —alabó la morena luego de ver alrededor. —Gracias, aunque la decoración no es obra mía —adujo sentándose al frente de Leslie. —Pero indica que tienes buen gusto al escogerlo, aunado a que la zona es bast