Después del incidente tan desagradable, Altair decidió encerrarse en su departamento por el resto de los días hasta que tuviera la otra entrevista. No estuvo con muy buen ánimo. El desprecio en esas dos últimas instituciones no le dejan buen sabor de boca y mucho menos expectativas positivas en torno al resultado de la siguiente reunión. Hasta ese instante fue que tuvo que comprender las razones que sus padres tenían para insistir en que pensara en hacer algo diferente, ellos sí sabían de sobra la crueldad del mundo, y ella sumergida en la ceguera que da la inexperiencia, no quiso sino persistir en que si se esmeraba podría llegar lejos, y lo hizo, claro que llegó lejos, mucho más de lo que las personas que la rodean apostaron por ella. Nadie, ni siquiera su familia imaginó que ella llega