Tal como lo habían acordado en la tarde, Altair fue recogida por Marcus en la entrada de su departamento a las nueve de la noche. A diferencia del resto de las chicas, dado que tenía ropa de gala y apropiada para cócteles dado que en la Escuela del Ballet de la Ópera de París solían asistir a muchos eventos similares, siempre debía renovar su guardarropa con algunos atuendos que estuvieran más a la moda, y dado su carácter tan coservador, que no fueran llamativos. En esa ocasión celebró tener todo a la mano y no tener que andar haciendo carreras de última hora como bien sucedió con Lorena y otro grupo de las chicas, tal es así que le pidieron sugerencia a Altair de más o menos qué comprar. A las nueve en punto estaba sentada en su sala de estar esperando que sonara el intercomunicador