—Eiron, ¿qué haces aquí? —le inquirió su madre apenas lo vio al salir del consultorio—. ¿Sucedió algo hijo? —le preguntó nerviosa. —Nada de eso madre —intervino Carly—. Calmate, parece que esa terapia no te está ayudando. —Solo pregunto porque no nos había llamado y se aparece así de pronto —expresó Emma, su madre mirándolo con curiosidad. —No ha pasado nada, solo quise venir a verlas, ¿no puedo extrañar a mi familia? —preguntó cruzando los brazos sobre su tórax. —Claro que sí, siempre tienes las puertas de la casa abiertas, tú eres quien se alejó —le recordó su madre transmitiendo con el tono sutil de su voz la ternura que él, como Jaden y Carly, le producen. —Vámonos de aquí —propuso Carly—. Tomemos algo por ahí y así hablas con el idiota este —sugirió dandole una palmada a Eiron e