Con temor, Altair terminó aceptando la propuesta de Leslie y Lorena, igual no tenía ya nada que perder, y más por arriesgar. Fuera cuál fuere el resultado de ese paso que estaba dando, al final tendría la satisfacción de por lo menos haber intentado todo lo que tuvo a su alcance para lograr cumplir su sueño.
—Con suerte no tienes que trasladar ningún peso —le dijo Lorena al salir de la casa de Leslie.
—Sí, es una ventaja —afirmó Altair.
Acostumbrada a no ser emotiva, por mucho que le agrade la situación en la que esté, se mantuvo serena.
—Me voy a casa —Le anunció a Lorena—. Apenas lo decidan avísenme. Sé que debes descansar. Estaremos en contacto. Yo también debo descansar y organizar todo para la entrega del departamento, igual comenzaré a buscar arriendo en esta zona —agregó mirando
