Miro los documentos que tengo en frente y repaso los puntos a tratar. La primera audiencia debe ser perfecta y clara. Pero, mis pensamientos siguen yendo a Arslan, y los problemas que tenemos en este momento con London. —Puedo escuchar tus pensamientos desde aquí. Levanto la cabeza y miro a Arslan en su silla, detrás escritorio de su oficina. Sí. Me adueñe de la mitad de su oficina y parece no molestarle. De hecho, es reconfortante pasar tiempo juntos mientras atendemos nuestras responsabilidades. Generalmente, me pongo mis audífonos y me sumerjo en el trabajo. Además, de darle a Arslan la privacidad si la necesita para alguno de sus asuntos. Él, se divierte cuando me escucha cantar. Lo hago de manera inocente, cuando me doy cuenta lo que estoy haciendo es muy tarde. Me reclino en e