Mi papá le dio la orden a Magnus para que repartiera las cartas. No sé si lo hizo a propósito o si fue porque era la persona que tenía frente a él, pero esto hizo que mi tía girara una vez más la vista hacia el rígido pene de su sobrino; noté cómo titubeaba. Seguramente tendría la cabeza llena de preguntas. Sin embargo no se fue, se quedó allí, recibió sus cartas y la partida de póker continuó… a pesar de lo tenso que estaba el ambiente. Mientras jugaba, mi tía Analía le iba dando pequeños sorbos a lo que tenía dentro del vaso. Recordé que la primera vez que jugué a esto, al principio me avergonzaba mucho el estar completamente desnuda frente a mi familia; pero en el caso de mi tía, esto no parecía ser importante. Estaba sentada de forma relajada, con las piernas abiertas, enseñándonos s