Luego ella pasó por al lado nuestro y se acercó a la pared opuesta, sin salir de la bañera; se puso de frente a la pared y comenzó a ponerse shampoo por el cabello. Supuse que también se había largado a llorar y no quería que la viéramos, el shampoo le serviría de excusa perfecta si quería disimular sus lágrimas. —Qué loco... No creí que te había gustado tanto —dijo mi hermanita—; en ese momento pensaba que todos esos gritos eran puro teatro, para calentar... pero ahora entiendo todo. —Te aseguro que no fue teatro, cada cosa que le dije me salió del alma. No sé por qué me calienta tanto ese pibe, puede que sea por su edad, me gustan los muchachos jóvenes, también puede que sea por el morbo de que es mi sobrino... pero en realidad es sólo un sobrino político. Otra razón podría ser que s