La primera parte de mi plan funcionó muy bien. Barbarita fue testigo de una explícita sesión de sexo nocturno. Estoy segura de que ya se lo habrá contado a su madre. Ahora debíamos comenzar la segunda parte de este plan macabro que puede salir muy bien… o terriblemente mal. Esperamos impacientes por la llegada de Lourdes. Después de lo que pasó en el patio, estábamos seguras de que iba a llegar. Esta vez Valeria también quiso estar presente, y al igual que nosotras se vistió para la ocasión. El día era caluroso, una excusa perfecta para sacar del ropero nuestros diminutos bikinis. El de mi mamá era n***o, parecía sencillo y normal, pero en un cuerpo tan voluptuoso como el de ella, se veía obseno. Sus ubres estaban apretadas por pequeños triángulos negros y se le marcaban los pezones. La