Igualdad

2129 Words

No lo voy a negar, en este momento mi nivel de calentura es tan alto que me tiraría de cabeza sobre cualquiera de los presentes para que me den una buena cogida. Sin embargo, el amargo recuerdo de que ésta sería nuestra última noche de póker me llevó a calmarme. “Paciencia, Gabriela —Me dije—. Disfrutá del juego, todavía queda mucho por hacer”. Jugamos una nueva mano que se resolvió muy rápido. De inmediato quedó claro que la ganadora era Lourdes, con una escalera. Si bien no había hecho coincidir los palos, seguía siendo una excelente combinación de cartas muy difícil de conseguir. El perdedor no fue otro que su hijo, Javi. El pobre chico no tenía nada para defenderse, su mejor carta era un ocho. —Mmm… a ver ¿Qué desafío te puedo poner? Ya sé! Se la tenés que chupar a… —me miró a mí, l

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