Me di cuenta de que viajábamos a velocidad moderada ya que la lluvia no menguaba, supuse que tendríamos un largo viaje hasta casa y una vez más me invadió el típico nerviosismo que me produce estar a solas con mi padre. Esta sensación se volvió mucho peor luego de las benditas partidas de póker. ¿Será que hoy volverá a ocurrir como aquella primera vez? Nuestra partida de póker inició por la lluvia, un factor que contribuyó para que mi vida cambiara totalmente. Tal vez ahora la lluvia me ayude a seguir adelante con estos cambios que tanto me atraían. —Quería volver a probar el sexo oral con un hombre. —Me apresuré a decirlo, para desligarme lo más rápido posible de la frase. Me sentí una boluda al usar el término “sexo oral”, pero por alguna razón no pude decirle a mi padre: “Tengo ganas