Ella había traído abundante lubricante en potes por si teníamos situaciones como ésta. Se colocó en un sillón del living, el cual acercaron para que pudiéramos ver todo mejor. Se puso en cuatro y le pasó el pote lubricante a Benja que ya estaba preparando su v***a. Él me miró con una sonrisa picante mientras se masturbaba. Desde el primer día que vió a mi madre tenía ganas de romperle el culo… quizás Flor lo sabe y por eso quiso darle el gusto. Era apenas la cuarta mano de póker y mi mamá ya estaba recibiendo un grueso falo por el orto. Y ella feliz… yo creo que ella también se moría de ganas de probar la pija de Benjamín, y ahora se estaba dando el gusto. Magnus y Lucy seguían cogiendo como conejos y mi papá volvió a repartir las cartas. En esta ocasión intenté ganar, quería poner un de