—Sí, mucho. No sé si esto fue buena idea. Creo… creo que no lo voy a hacer. No te sientas mal, Lucy. La cosa no es con vos, sos una chica muy linda, y… —No te preocupes, Barbarita —dijo Flor, que estaba de rodillas junto a ella—, sé muy bien lo mucho que cuesta la primera vez. A mí me costó mucho entender que las mujeres me resultan atractivas. Iba en contra de mis principios, me creía sumamente heterosexual. Pero llegó un momento de mi vida en el que dije: “es mejor probar, para sacarse la duda, porque no puedo vivir para siempre con esa incógnita”. —No me gusta que tengas que probar —dijo Lourdes—, pero si lo vas a hacer, si necesitás hacerlo… este es el mejor momento. Es difícil que la vida te de otra oportunidad como esta. —Además… mirá lo linda que es la concha de Lucy —dijo Floren