En ese momento no había manera de saber quién había sido. No solo por el hecho de que me habían asaltado en la absoluta oscuridad, sino porque el único contacto que sentí había sido el de su boca y su lengua estimulando mi v***a. Creo Recordar haber sentido una mano apoyada en mi pierna, pero ni siquiera estaba seguro de ello; y, de todas formas, con ese dato no podía sacar ninguna conclusión. Salí de la habitación, para ir detrás de la misteriosa visitante, pero yo no contaba ni con mi celular, ni con la vela, ya que esta última se había consumido por completo. Así que en lo que tardé en espabilarme y subirme la ropa interior, fue tiempo más que suficiente como para que ella ya estuviera subiendo las escaleras. Escuché el ruido de una puerta abrirse y cerrarse rápidamente en el primer pi