Narra Ismael Mierda, no estaba seguro de qué era peor; sabiendo que Emma saldría a discotecas luciendo sexy como el infierno, o la erección que yo estaba luciendo mientras estaba en la cocina de su padre. Esa mujer iba a ser mi muerte. Ya había tenido bastantes dificultades para jugar al golf con él, sabiendo las cosas que le había hecho la noche anterior. Cosas que disfruté demasiado. Cosas que repasé en mi mente esta mañana en la ducha y aparecieron por toda la pared de azulejos. Cosas que deseaba desesperadamente volver a hacer. Apenas podía mirar a Henry a los ojos mientras caminábamos por el campo. Pero mi comportamiento y mi incapacidad para acertar un tiro directo no pasaron desapercibidos para él. —¿Cómo la pasaste ?— finalmente preguntó mientras caminábamos hacia el décimo hoyo