Pía Que mi padre apareciera así como así, de verdad que me lo esperaba lo que no pensé nunca fue que lo hiciera con el hombre con el que llegó, diciendo cantidad de sandeces que de verdad no quiero recordar. Ahora que estoy aquí en la habitación de la pequeña casa en la que vivimos lo hermano y yo, después de haber pasado un día de verdad que de locos, estoy poniendo mis pensamientos en orden. Alejandro no dudo en ayudarme, sus ojitos reflejaban cosas que en su momento no podía descifrar, y mientras más lo pienso no saco que fue lo que vi, pero algo que si es claro fue la impresion que mi padre dio de mi, ante gente que en mi vida había visto, me moría de la vergüenza y a la vez no entendía como alguien que debe protegerte y quererte te trata de semejante manera. Sabía que Paula era su