**Isa El reloj marcaba las 8:00 a.m. Justo cuando el sol de verdad empezaba a salir. Parpadeé y me giré de lado para hacerme una bola debajo de mi edredón mullido. Absorbiendo el calor, me quedé allí y traté de mantener a raya la realidad por un poco más de tiempo. A pesar de que mi mente daba vueltas como loca la noche anterior con pensamientos sobre Callan, el misterioso correo electrónico y Catherine, había dormido bien. Fue un sueño largo, profundo y sin sueños. Justo lo que necesitaba. Quería volver allí, a ese descanso sin sueños. No me di cuenta de lo cansada que estaba de preocuparme y obsesionarme con todo lo que había sucedido la semana pasada. Callan al final tomó la iniciativa y me pidió que fuera a su condominio para una cita nocturna, pero no pude de buena fe. Cuando Cat