Capítulo 5

1547 Words
Lucian Salimos del estacionamiento hacia la casa de Maxi, voy conduciendo, solo he avanzado unas cuantas calles cuando me parece ver una figura conocida ¿Adrián Bailey? pienso, cuando volteo a mirar ya no hay nadie, creo que todo lo de ayer me tiene alucinando. Dejo de pensar en eso y me pongo a recordar la discusión que tuve hoy con Isabelle, ojalá pudiera decirle que la amo, esa mujer llena mi vida y mis pensamientos, sé que podríamos ser felices juntos, podríamos olvidar todo el pasado... si tan solo no tuviera tanto miedo de que ella se alejara le confesaría mis sentimientos. Dormir anoche juntos fue increíble, sentirla toda la noche pegada a mi cuerpo durmiendo tan tranquila entre mis brazos me hizo sentir muy afortunado. No es la primera vez que tengo que calmarla en las noches, aunque ella usualmente no se da cuenta, no siempre grita, sino que habla y hace ruidos agitada mientras duerme, cuando la escucho entro a su habitación y le acaricio suavemente el cabello, entonces se tranquiliza y sigue durmiendo sin enterarse. Sin embargo, lo de anoche fue especial, es la primera vez que me pide que me quede a su lado, y yo estaría feliz de volver a hacerlo, lo haría cada día de mi vida. Sonrío sin darme cuenta. Cuando la volteo a ver ella va perdida en sus pensamientos sin notar nada — ¿Te parece si vamos al centro comercial y compramos un regalo para Ivy? — le pregunto rompiendo el silencio — Sí, es buena idea — me responde y sonríe, solo Ivy puede sacarle esas sonrisas Paramos en el centro comercial que está de camino, cuando vamos andando por las tiendas tengo la sensación de que alguien nos observa, miro varias veces para atrás pero no veo nada fuera de lo normal. Entramos a una juguetería donde le compramos un peluche hermoso, luego vamos a una tienda de ropa de niños. Isabelle está eligiendo un vestido para la niña, tiene uno violeta en las manos, cuando de repente, en el reflejo del espejo de la tienda veo por un segundo una figura conocida. Adrian Bailey otra vez, antes creí que me lo había imaginado, pero dos veces seguidas es más que una coincidencia. Decido no decirle nada a Isabelle. Pagamos el vestido y la llevo rápidamente al coche. En poco tiempo llegamos a la casa de Maxi. — ¡Hermanita! ¡cuñado! — nos saluda Maxi cuando sale a recibirnos y nos abraza — me alegra verlos — Y a nosotros a ti — le respondo — Pasen, ya está lista la comida Entramos y allí está Elena con Ivy en brazos, a Isabelle se le ilumina el rostro apenas la ve — Mi niña hermosa — extiende los brazos y toma a Ivy — ¿sabes cuánto te quiere tu tía? — dice y se pone a hacerle mimos — Oye ¿por qué a mí no me mimas? — le reprocha Maxi pareciendo indignado — Tú no eres mi niña hermosa — dice Isabelle sin soltar a Ivy Maxi de ríe derrotado — Cuñado espero que contigo sea más cariñoso, porque yo ya me rendí Sonrío sin responder mientras Isabelle me mira con aprensión, cómo si yo fuera a decir algo malo. Nos sentamos a comer y la conversación se centra en cosas casuales. Elena es doctora, hace poco volvió a trabajar pues se había tomado una larga licencia cuando nació Ivy, Maxi por su lado es informático, y nos suele ayudar en cosas de la editorial, pero también tiene su negocio propio. Después de comer Isabelle y Elena se van con Ivy, la cual no ha dejado de abrazar su nuevo peluche, van a intentar que duerma. Yo me quedo con Maxi y me alegro ya que quiero hablar con él en privado — Maxi, hay algo que quiero decirte — le hago señas de que nadie puede escuchar Él me entiende y me guía a su despacho, cierro con seguro al entrar. — ¿Qué sucede? — me pregunta curioso — ¿Voy a ser tío? — No — le respondo seriamente — Adrián Bailey ha reaparecido Maxi pierde los colores, y al segundo siguiente su rostro está lleno de rabia — No puedes permitir que se acerque a Isabelle — Trabaja en nuestra empresa — le respondo derrotado — ¡¿Qué?! pero ... pero ¿Cómo pasó eso? — El departamento de recursos humanos lo contrató, tendríamos que darle una importante indemnización si lo despedimos — le respondo rápidamente — pero ese no es el problema, él no nos dejará en paz aunque lo despidamos, hoy me di cuenta que nos está siguiendo, creo que Isabelle no lo notó y no le he dicho nada — Es mejor no decirle por ahora — responde Maxi Asiento sin decir nada mientras él camina por el despacho pasándose las manos por la cabeza en un signo de desesperación — Ese hombre destruyó la vida, el corazón y el autoestima de mi hermana — dice con dolor — ese día que la recogí en aquel parque creí que ella moriría de dolor Finalmente se sienta y veo que se le empañan los ojos — Lucian, creo que él tenía algún plan para matar a Isabelle — me quedo con la boca abierta ante esta declaración — esto ella no lo sabe — continúa — yo la saqué de ese país que solo nos trajo desgracias al día siguiente que pasó eso, y la traje aquí, creí que en nuestro país estaríamos a salvo Presto atención en silencio a sus palabras y me siento frente a él — A los pocos días el abogado de mi padre se puso en contacto conmigo, me dijo que había llegado una solicitud de Adrián Bailey para reclamar la herencia de mi hermana en calidad de viudo, lo extraño es que la solicitud tenía fecha de antes de nuestro viaje, ahí supe que hice bien en sacarla de allí — suspira antes de continuar — le expliqué al abogado la situación y él se encargó del resto, presentó una reclamación aclarando el estado de divorcio no de viudedad, aun así le tuvimos que entregar la mitad del dinero que tenía Isabelle en ese momento. — ¿Pero no investigaron nada más? — Dijeron que había sido un error en el papeleo, y como ya no estábamos allí no pudimos hacer nada más, y aunque nuestros padres nos dejaron una herencia, tampoco la iba a gastar investigando algo de lo que no había pruebas — Entiendo — respondo tranquilamente — El resto de la historia ya la conoces, ese dinero solo era una parte de lo que le correspondía a Isabelle, el resto aparecía en el testamento con una cláusula en donde decía que lo podría recibir en cualquier momento después de los 23 años siempre y cuando estuviera casada — dice Maxi — no sé por qué mis padres estipularon eso, pero también decía que no se lo podía contar a Isabelle hasta llegado el momento, yo nunca confié en Adrián, así que tampoco quería que él supiera que ella recibiría aún más dinero — sacude la cabeza con frustración — he pasado mucho tiempo pensando en eso, y creo que lo hicieron a propósito para que él no la dejara sin nada, la última modificación del testamento la hicieron poco antes del accidente en que fallecieron, y ellos siempre estuvieron en contra de esa relación, supongo que de una extraña manera querían protegerla de ese miserable desgraciado. — Y ahora nosotros debemos protegerla nuevamente de él — digo seriamente — estoy seguro que no tiene buenas intenciones, así que debemos actuar con cautela y estar prevenidos — Sí, pensaré en alguna manera de vigilarlo sin que se dé cuenta — me mira fijamente — agradezco que ahora te tenga a su lado, por favor no la dejes sola — Nunca la dejaré sola — respondo completamente seguro de mis palabras Después de un momento salimos del despacho y vemos a Elena e Isabelle sentadas conversando — ¿Qué estaban haciendo? — pregunta Elena curiosa — Hablábamos de cosas de hombres querida — responde Maxi y le da un beso en la frente con mucho cariño — Menos mal, así ya no tendré que escucharte — dice Elena en un tono divertido solo para ganarse una mirada de reproche por parte de Maxi, la cual me hace reír — ¿Nos vamos Isabelle? — pregunto tranquilamente — Sí, quiero ir a descansar un poco — dice Nos despedimos de Maxi y Elena, la pequeña Ivy está dormida así que no la molestamos, y nos vamos. De camino a casa voy pensando en lo que hablé con Maxi, necesito proteger a Isabelle, no quiero que vuelva a sufrir, y yo no podría soportar si algo malo le pasa. Creo que es el momento de dejar de ser un cobarde, llevo años ocultando mis sentimientos, pero ya no más. Es momento de conquistar su corazón, porque tengo la certeza que solo si estamos de verdad unidos podremos enfrentar lo que venga, solo juntos dejaremos atrás el doloroso pasado y miraremos al futuro con esperanza y felicidad. Y así es como tomo la determinación de enamorar a mi esposa.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD