—Vaya, que sorpresa —dijo Fernando, volvió su mirada a Daniel —, ya nos conocemos. —¡¿Enserio?! —inquirió Daniel algo impresionado. —Sí, somos amigos desde hace tiempo —contestó Danna. —¡Qué coincidencia! —soltó Daniel acentuando con su cabeza. Se sentaron alrededor de la mesa y Danna trataba de no levantar sospechas, Daniel inocente hablaba con los dos y recordaba viejos tiempos, había mucho roce por parte de las miradas de Danna y Fernando. —Daniel, se hace tarde —informó Danna. —¿Qué? —preguntó Daniel rodando la mirada hacia ella—, Danna… —dejó salir un suspiro— bueno, si es así… —miró a Fernando—. ¿Cuándo podemos hablar? —Estoy disponible todos los días, voy a la misma universidad donde estudia Danna —respondió Fernando. —¡Ah… ya veo! —Daniel se levantó de su puesto—, entonces