Trate de tranquilizarme a mis misma, respirar peofundo y esas cosas para conseguir distaer mi mente, no sé cuanto tiempo estuve haciendo eso, pero aunque puse todo mi esfuerzo en ello, de mi mente no se apartaba esa idea e incluso en algun momento comence a imaginar cosas indecentes entre él y yo, es decir, nuestros cuerpos desnudos uniendose entre sí. Gue inevitable el ruborizarme ante mis propios pensamientos y para cuando Markuz volvio él se dio cuenta inmediatamente. —¿Te sientes mal? —cuestiono dejando la botella y el par de copas sobre una mesita de noche vacia—parece que tienes fiebre. Coloco su mano sobre mi frente, eso acrecento a un mas mi rubor, no queria decirle el porqué mi rostro parecia un jitomate, pero debia aclarar que estaba en perfecta condición. —Estoy bien, no