Limpie aquella mancha con la yema de mis dedos y al sentirla se sentía extraña, quizás no era sangre, quería pensar que no era así, de cualquier forma debia haber alguna razón del porqué esa gota estaba ahí.
Intente no darle importancia, ya había demasiadas cosas en mi cabeza como para añadir algo más, así que tome mis muletas y baje al primer piso. Como siempre, el aroma era apetitoso y Markuz se desempeñaba como todo un chef en la cocina, se movía de aquí para allá para preparar café, jugo de naranja, revolver lo que se cocía en un sartén y cortar pedazos de fruta, era un mil usos.
—Sigo preguntándome como es que cocinas tan bien—intente halagarlo solo para hacerme olvidar la horrible sensación que crecía en mi pecho de que algo no andaba bien.
—Por favor, exageras, tú cocinas mucho m
