CAPITULO 12 NARRA ANDREA ZAFIRO Mi celular no deja de sonar, vibra todo el tiempo, miro la pantalla y sonrió, creo que hice enojar a un mafioso. ¿Quién se cree que soy para ver esa pequeña vergüenza y aceptarla con calma? No soy una tonta ni una niña, si él puede, yo también puedo. Por supuesto que puedo, después de todo, no tenemos nada y no soy su prisionera. Voy a encontrarme con Dimitri, concertamos una cita en el mismo restaurante, es una buena compañía, muy divertido y ha viajado mucho también, me cuenta muchas historias divertidas y emocionantes sobre los lugares en los que ha estado. La próxima vez que lo vea llevaré a María victoria conmigo, serán los compañeros perfectos para los terribles días que pasaré en ese pueblo. Estaciono el auto, lo veo esperándome en la misma mesa