Sergio Rodríguez
Una depravada sonrisa se me dibujo en mi rostro mientras lamia con lentitud la prueba de la excitación de Blayr. Su rostro, su hermoso rostro de orgasmo era el placer maldito mas delicioso que podia recibir en esos momentos. Ella ya no era aquella chica que me entrego su niñez, era una mujer hecha y derecha que le gustaba el placer algo que le daría. Quería que ella me necesitara, me buscara, me rogara por mi miembr0 el cual estaba hecho una piedra apuntando hacia ella. Su rostro denotaba necesidad sexu@l algo que me deleitaba.
—Sergio, por favor lo quiero dentro.
Su voz tan fogosa me prendía, me encantaría grabarla con ese rostro solo para tener en recuerdos el hermoso rostro que tenía cuando me llamaba de manera sexu@al.
—¿Ah si? Entonces trabaja para el —una sonris
