Sarah Gonzales Era empujada con brusquedad por el pasillo junto a un apasionado beso de lengua. Aquel ardiente beso tan intenso estaba a punto sin dejarme sin aire, las manos de Alejandro me cargaban agarrándome por mi trasero pegándome a su dureza ¡Dios! Iba a explotar ahí adentro. Su dureza estaba deseosa de ser liberada al punto que la sentía palpitar en mis piernas. Con dificultar abría la puerta mientras Alejandro continuaba aquel beso sin dejarme ni siquiera reaccionar ¿Qué hacía? Mi cerebro no estaba coordinando en esos momentos, estaba excitada, estaba mojada por la lluvia y por la vagin@. Cerrábamos la puerta de aquel hotel, Alejandro empujo todo su cuerpo contra mi y la pared sin dejar de besarme. ¡Dios! ¡Que bueno era besando! Me dejo de besar por unos segundos lo suficiente pa