-¿Intentas decir qué lo que has hecho ha sido para hacerme daño y también para protegerme? -cuestionó Gabrielle incrédula y enojada. -Aunque quieras ir a esa Universidad no podrás estudiar en paz, no te dejarán luchar por tus sueños tranquila. Como duquesa no puedes soñar, solo cumplir con tus obligaciones. -Según las obligaciones impuestas en nuestro contrato matrimonial, mi único deber es darte un heredero, pero te aviso que prefiero arrancarme el útero antes de hacerlo. -habló Gabrielle con firmeza, y el duque notó como sus pezones endurecidos rozaban sus músculos que mojaban el tejido de su camisón. Iker tuvo que reprimir sus deseos para continuar con aquella aclaración. -Pues vamos a buscar la forma de romper ese contrato y seguir con nuestras vidas. -No tengo porque buscar una ma