Begoña se dirigió a la salida lista para escapar, pero al escuchar la voz de Iker llamando por Gabrielle, retrocedió asustada. No podía permitir que el duque la viera, así que buscó un lugar para esconderse a toda prisa, lo que provocó que sin querer dejara caer la llave del candado. —¿¡Gabrielle?! —llamó Iker por su esposa entrando en la cabaña de madera. —¿¡¡Gabrielle!!? —Por un minuto Iker se preguntó si la chica realmente estaría allí o se debía haberse metido en el bosque. Entonces cuando pensó en buscarla en otra parte escuchó… —¡Iker! El duque escuchó la voz de su esposa que provenía del fondo de la cabaña y siguió su voz buscando saber que pasaba en aquel lugar. Iker sintió que había pisado algo y al levantar el pie vio en el suelo una pequeña llave que llamó su atención, y la