Gabrielle daba saltitos de alegría, abrazaba a su nana que compartía su felicidad y estaba más que orgullosa de verla realizar un sueño. La chica también abrazó a Renata segura de que en ella había encontrado una nueva amiga y como no, volvió a agarrarse a Rafael como una garrapata.
En ese instante apareció Asunta, que quedó en shock al ver a la duquesa abrazada con un hombre que no era su esposo. Renata y Babe estaban allí presentes, pero aquella escena no era la más apropiada para la esposa del primo del Rey de España.
Babe se apresuró a explicarle que Rafa era su hijo, que solo estaba en palacio para llevarle un recado a Gabrielle, pero la mujer se mantuvo firme en su posición de velar por los intereses del duque y obedecer sus órdenes.
-Es mi hijo, señora Asunta, le pido que no l
