Alejandro Dubois no era de los hombres que se dejaban amedrentar con facilidad y no pensaba bajar la cabeza ante el duque. Lo enfrentó, aún sabiendo las consecuencias. La duquesa tensa con la mirada de aquel hombre sobre su esposo y por miedo a sucediera otra pelea, agarró la mano de Iker para darle apoyo y éste la apretó con fuerza, sintiendo que la tenía a su lado...hombro a hombro. -Es peligroso meterse conmigo duque, no deberías siquiera intentar provocarme.-advirtió Alejandro e Iker soltó una risa burlona. -No digas sandeces Alejandro. -replicó Iker con una media sonrisa.-Hay mucha diferencia entre la política y la nobleza. Recuerda que tu puesto dura unos años, pero mi título es para toda la vida. Eres tú el que no debes provocarme y no quiero volver a verte cerca de mi emplead