Babe estaba de los nervios por lo que había ocurrido en el jardín entre el duque y el hijo de los Herráez, sobretodo porque sabía que aquel joven tenía interés en su niña y temía que ocurriera una desgracia. Los empleados por órdenes del duque buscaban distraer a los invitados de aquel para que nadie notara lo que sucedió. Tenían que continuar la fiesta como si nada hubiera pasado. -Babe, por favor, no hagas nada y ve a comer o a bailar, por amor de Dios.-suplicó Renata agarrando una bandeja de las manos de la nana de Gabrielle que no podía actuar como una invitada más.-La señora Julia ha sido muy clara. Asunta y tú, esta tarde, deben ser apenas invitadas. Necesitan descansar y la señora tiene mucha razón. -Es que no puedo estar quieta, niña, eso solo sirve para aumentar mi angustia.-c