Iker solo llevaba puesto unos pantalones de mezclilla negros, sin camiseta y descalzo con una bonita cadena de oro en el cuello con el colgante del emblema de su familia, un león. Ella notó que el duque parecía tener dificultad para echarse lo que parecía ser una crema en las heridas que tenía en la espalda. Gabrielle tragó en seco al ver todos aquellos músculos al desnudo. Sus cabellos castaños mojados de los cuales goteaba el agua que caía sobre su espalda ancha, haciendo un recorrido por su perfecta anatomía hasta llegar una parte que atrajo totalmente la atención de Gabrielle. Los hoyuelos que habían en la parte baja de la espalda del duque y que lo hacían aún más sexi con aquel trasero perfecto. Gabrielle estaba casi babeando. La joven duquesa se humedeció los labios, pensando que a