Iker no se lo hizo repetir, levantó las manos en señal de rendición soltando a Raphael que cayó al suelo haciendo una mueca de dolor. -¡Animal! -insultó Gabrielle a su esposo corriendo para socorrer a Raphael. -¡Eres una bestia, Iker, ¿cómo te atreves a venir a mi casa y hacerle esto a Rafa? -inquirió furiosa. -Por lo que veo no te ha bastado con arruinar mi futuro, también tienes que hacer daño a las personas que quiero. Desconcertado con sus declaraciones, Iker se limpió la sangre que tenía en la comisura de los labios, buscó calmar su rabia y contestó. -Vine a buscarte porque es justamente de lo que necesito hablar contigo. Lo que pasó en la universidad… -¡Lo que pasó es que has arruinado mi vida, todos los sueños que tenía para mi futuro! -bramó Gabrielle fulminándolo con la mirada