-Ricardo mi amor - la tortura y saca su mano de sus bragas, ella abre los ojos con necesidad lo observa y el se desnuda rápidamente quedando solo en bóxer, ella hace lo mismo y ella jadea al sentir el rose de sus manos en sus piernas para despojarla de las bragas. Ricardo traga saliva, la mira una vez más y con su boca se dedica a complacer a su mujer. Ella gime y gime su nombre se aferra a sus hombros; él con voz ronca responde: -Gime para mi amor, tus gemidos son música para mi. - Sigue el juego. -Mi amor, Ricardo te amo - explota en un orgasmo maravilloso. Se recompone del mismo y lo acomoda en la silla de la sala le baja los bóxer y traga saliva, con sus manos masajea la protuberancia de su prometido, lo observa él toma su cabello y Ana se lo mete en la boca y lo mira