Salen del consultorio y él no duda en pasar por una tienda especializada en accesorios para bebé y compra un aparato que le permite escuchar los latidos del corazón de su hijo solo con ponerlo en el vientre de la mujer, como es costumbre en él exagera y termina comprando más cosas para el bebé y ahora la que llora de emoción es la morena. -¿Sigues pensando en dejarme y quedarte con él? - la toma de la mano y acaricia su rostro.- Mi amor divorciate… -Ricardo tu me la pones realmente difícil, contigo nunca sé nada y la verdad lo que menos quiero es que en nada tu salgas con que le crees a cualquiera un nuevo chisme y me termines echando de tu vida o dudando de nuestro hijo además no puedo estar con alguien que a la primer oportunidad se revuelca con su ex, eso me da asco. -Perdóname moren