—¿Tienes mi pedido? —preguntó Raven para silenciar a Louise. Jackson, el cocinero, meneó la cabeza con una sonrisa. —Tardará —le dijo. Raven alzó los brazos y los miró a todos. —Están en complot —les dijo frunciendo el ceño. El cocinero Jackson era un hombre adorable, pero tenía un gusto morboso por hacer sufrir a los demás. —Cuando te lo cojas, estaremos en paz —dijo Louise sonriendo—. Hazlo por nosotras. La nación te lo suplica. Nuestra esperanza esta puesta en ti, Raven. Hazlo por el pueblo. Eres la heroína de esta historia que terminará deliciosamente en la cama. Raven ya no sabía qué hacer para cerrarles la boca. Con cada palabra que salía de ellos, sentía que perdía la esperanza de volver a ser amiga de Travis. Él estaba casado, y ella solo era su vecina. —Cierren la boca